CONFESIONES DE UNA MÁSCARA YUKIO MISHIMA ¡La belleza es cosa terrible y espantosa! Es terrible debido a que jamás podremos comprenderla, ya que Dios sólo interrogantes nos plantea. En el seno de la belleza, las dos riberas se juntan y todas las contradicciones coinciden. No soy hombre culto, hermano, pero he pensado mucho en este asunto. ¡Ciertamente, los misterios son infinitos! Son demasiadas las interrogaciones que aplastan al hombre contra la tierra. Forjamos las hipótesis que podemos, sin jamás llegar a certeza alguna. No puedo siquiera soportar el pensamiento del hombre de corazón noble y mente pura que comienza con el ideal de la Santa Virgen y termina con el ideal de Sodoma. Es más espantoso todavía que el hombre con el ideal de Sodoma en su alma no renuncie al ideal de la Santa Virgen, y que, en el fondo de su corazón, todavía arda, arda sinceramente, en deseos de alcanzar el bello ideal, lo mismo que en sus días de juvenil inocenc...