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Mostrando entradas de mayo, 2017

El Aleph. Jorge Luis Borges

El Aleph Jorge Luis Borges O God, I could be bounded in a nutshell and count myself a King of infinite space. Hamlet , II, 2      But they will teach us that Eternity is the Standing still of the Present Time, a Nunc-stans (ast the Schools call it); which neither they, nor any else understand, no more than they would a Hic-stans for an Infinite greatnesse of Place. Leviathan, IV, 46 La candente mañana de febrero en que Beatriz Viterbo murió, después de una imperiosa agonía que no se rebajó un solo instante ni al sentimentalismo ni al miedo, noté que las carteleras de fierro de la Plaza Constitución habían renovado no sé qué aviso de cigarrillos rubios; el hecho me dolió, pues comprendí que el incesante y vasto universo ya se apartaba de ella y que ese cambio era el primero de una serie infinita. Cambiará el universo pero yo no, pensé con melancólica vanidad; alguna vez, lo sé, mi vana devoción la había exasperad...

Tres versiones de Judas. Jorge Luis Borges.

Tres versiones de Judas Jorge Luis Borges There seemed a certainity in degradation.  – T. E. Lawrence: Seven Pillars of Wisdom, ciii   En el Asia Menor o en Alejandría, en el segundo siglo de nuestra fe, cuando Basílides publicaba que el cosmos era una temeraria o malvada improvisación de ángeles deficientes, Niels Runeberg hubiera dirigido, con singular pasión intelectual, uno de los coventículos gnósticos. Dante le hubiera destinado, tal vez, un sepulcro de fuego; su nombre aumentaría los catálogos de heresiarcas menores, entre Satornilo y Carpócrates; algún fragmento de sus prédicas, exonerado de injurias, perduraría en el apócrifo  Liber adversus omnes haereses  o habría perecido cuando el incendio de una biblioteca monástica devoró el último ejemplar del  Syntagma . En cambio, Dios le deparó el siglo veinte y la ciudad universitaria de Lund. Ahí, en 1904, publicó la primera edición de  Kristus och Judas ; ahí, en 1909, su libro capital...

Los novios Octavio Paz

Los novios Octavio Paz                 Tendidos en la yerba una muchacha y un muchacho. Comen naranjas, cambian besos como las olas cambian sus espumas. Tendidos en la playa una muchacha y un muchacho. Comen limones, cambian besos como las nubes cambian sus espumas. Tendidos bajo tierra una muchacha y un muchacho. No dicen nada, no se besan, cambian silencio por silencio.

DIVINA LOCURA ROGER ZELAZNY

DIVINA LOCURA ROGER ZELAZNY —...yo que lo es Esto, ¿embelesados oyentes como plantarse hace las y errantes estrellas las a conjura pena de frase Cuya?... Sopló humo por dentro de su cigarrillo y éste se hizo más grande. Miró al reloj y se dio cuenta que las saetas andaban hacia atrás. El reloj le dijo que eran las 10:33 yendo hacia las 10:32 de la noche. Luego le sobrevino aquella especie de desesperación, porque sabía que no podía hacer nada para  evitarlo. Estaba atrapado, moviéndose a la inversa por toda la secuencia de acciones pasadas. De algún  modo se había pasado por alto el aviso. Normalmente existía un efecto de prisma, un fogonazo de estática rosada, una especie de sopor, luego  un momento de percepción elevada... Pasó las páginas de izquierda a derecha, los ojos siguiendo las líneas escritas de final a principio. ¿énfasis tal comporta pesar cuyo él es Qué? Impotente, allí detrás de sus ojos, contempló...